viernes, 4 de marzo de 2011

Casi medio millón de mexicanos en Estados Unidos padecen diabetes

La Asociación Americana de Diabetes estima que 2 millones de hispanos tienen diabetes mellitus tipo 2 en Estados Unidos, de esta cifra el 24 por ciento son mexicanos. 

Estudios médicos han demostrado que la mayoría de los inmigrantes latinos que llegan a Estados Unidos, incluyendo los mexicanos, se encuentran en mejores condiciones de salud que la población en general, a pesar de sus bajos niveles socioeconómicos y educativos. A esto se le conoce como la Paradoja de Salud Hispana.

Al respecto, el doctor Edwin B. Fisher, director de Programación Nacional para la Iniciativa de Diabetes de la Fundación Robert Wood Jonson, comentó en conferencia de prensa organizada por laboratorios Novo Nordisk en la Ciudad de México, que se cree que el migrante tiene más posibilidades de desarrollar diabetes por diversos factores, como estrés y aislamiento; esto se explica porque las glándulas adrenales (localizadas en la parte superior de los riñones) segregan una serie de hormonas, entre ellas cortisol, que en combinación con otras llamadas adrenalina y noradrenalina (que genera una parte del sistema nervioso), propician que el páncreas produzca la hormona glucagón que aumenta los niveles de glucosa en la sangre.

Otros elementos, como la alimentación que cambia radicalmente al consumirse más productos con grasa y la falta de ejercicio, también influyen para detonar la diabetes.

“Estados Unidos no atiende de manera racional el problema migratorio, por lo que es difícil poder ayudar a las personas en el cuidado de su salud —comentó el doctor Edwin B. Fisher, y agregó—. Los migrantes no tienen atención constante por diversos factores, los principales pueden ser un mal salario y el continuo desplazamiento en busca de empleo o por miedo a ser deportados. Creo que la dificultad particular de estas personas es que no encuentran fuentes adecuadas que puedan ayudarles a conocer y comprender su enfermedad”.

Otro elemento importante es la barrera del idioma, ya que la mayoría de la población migrante no habla inglés, lo que dificulta que puedan expresar sus síntomas y dolencias de manera adecuada al médico que los atiende, por lo que el diagnostico o tratamiento puede no ser el correcto.

En la Universidad del Norte de Carolina existen proyectos como la enseñanza del castellano a los estudiantes de Medicina y los trabajadores de salud, pero desafortunadamente no representan una fuerza de trabajo que puedan hacer frente a este problema, detalló el doctor Edwin B. Fisher.

Otro importante factor que repercute en la mala atención de este padecimiento son las políticas de salud que varían según el estado; “claro ejemplo es lo que sucede actualmente en Arizona, pero ello no es reflejo de lo que pasa en todo el país, ya que existen lugares en los que se apoya a los migrantes para el cuidado de su salud, pero no se ha podido implementar de manera general porque eso corresponde a los políticos, y ellos ven al migrante, al mexicano, como una mala persona; mientras no se den cuenta de que el problema es económico se seguirán sufriendo estas consecuencias”, expresó el doctor Fisher.

Si bien existen factores genéticos que predisponen a los individuos en el desarrollo de ciertas enfermedades, lo cierto es que migrar puede ser un factor que detone la aparición de diabetes; pero si las personas cuidan su alimentación y tienen un plan de ejercicio, probablemente su salud no se vea afectada, finalizó el doctor  Edwin B. Fisher. (Agencia ID)

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