A menudo está aliada a la familia, es amiga del sedentarismo, cercana al tabaquismo y a la comida chatarra. Puede pasar desapercibida por mucho tiempo, pero una vez detectada, su presencia marca el inicio de un tratamiento perpetuo: la diabetes, enfermedad que padecen más de 340 millones de personas en el mundo...
El antecedente familiar es clave, pero los malos hábitos alimentarios, la falta de actividad física y el abuso del tabaco, también son considerados factores de riesgo. Así lo confirma la doctora Gilda Benítez, directora del Programa Nacional de Diabetes, del ministerio de Salud Pública y Bienestar Social.
“El motivo principal es el estilo de vida que no es saludable. Las personas son cada vez más sedentarias, la obesidad, el sobrepeso. Tener familiares con diabetes y el hábito de fumar es un factor de riesgo porque el cigarrillo empeora la acción de la insulina y produce insulinoresistencia. Altera la función de la insulina”, explica al referirse a esta enfermedad crónica que se presenta cuando el páncreas no produce insulina suficiente.
LA VIDA MODERNA
El estilo de vida actual aumenta los factores de riesgo. Los datos estadísticos revelan que el 20 por ciento de la población sana de niños y jóvenes padece obesidad, en tanto que el 57 por ciento de este mismo sector, es sedentario.
“Los niños están mucho tiempo con la tecnología, les atrapó más que los adultos. Están siempre con los videojuegos e Internet. En las escuelas y colegios disminuyen también las horas de actividad física”, menciona.
En cuanto a los adultos, al menos el 32 por ciento de la población padece obesidad mientras cuatro de cada diez no realiza ningún tipo de actividad física.
Estas características, contribuyen en cierta manera, al incremento de los casos de diabetes en el país.
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